jueves, 11 de febrero de 2010

CAPÍTULO 14.

SABADO...
Li salió de la ducha silvando mientras el agua y el jabón de su cuerpo goteaba sobre el suelo lleno de ropa sucia. Le encantaba sentir el agua sobre su cuerpo, escuchar el sonido de la lluvia y sobretodo el "plic" de las gotas cayendo dentro las vasijas.
Y lo mejor era que debido a aquel mar de goteras el alquiler de aquel ático era irrisorio. Lo único que afectaba tanta humedad era a que no podía tener instalación eléctrica, por lo que solo podía tener pequeños objetos que fueran a pilas.
Encendió el televisor y se puso justo debajo de una de aquellas goteras para sentir el frío tacto del agua sobre su desnudo cuerpo. Tenía su primera mañana libre desde no recordaba cuando, solo tenía que ir por la tarde a hacer la prueba para el "Circulo del sol" así que suspiro relajadamente mientras hacía zapping.

"...ueve aviones más se han estrellado esta noche por lo que..." Li se quedó sin respiración al escuchar al hombre de las noticias, su compañera no estaba con él y parecía saturado. No era para menos, diez aviones en una misma noche no era en absoluto una casualidad, debía de ser un ataque terrorista...nos comunican que otros once aviones se han estrellado en... su cuerpo se tensó y no pudo evitar ponerse de pié de un salto ...sumado a el exponencial aumento de accidentes de tránsito y a los recientes descarrilamientos de cuatro trenes dan unas cifras totales de aproximadamente tresmil muer ¡¡pompompom!!! A Li le temblaban las manos y aquella cifra se grabó en su retina como marcada a fuego. Fué hacia la puerta tropezando con algunas vasijas que desparramaron toda el agua por el suelo.

Li abrió la puerta como si otra persona la manejara a control remoto. El joven policía hispano de hacía unos días la observaba con una expresión de sorpresa bastante poco profesional. Él mismo cogio el pomo de la puerta y la cerró dándose casi a si mismo en las narices.
Cuando al cabo de unos minutos salió del shock de aquellas noticias entendió que había sucedido y se vistió con un pantalón corto y una camiseta también corta, ambos de color blanco. Había hecho ya el ridículo dos veces ante aquel policía y no quería volver a hacerlo.
Cuando abrió la puerta miró al policía sin decir nada aunque aún le temblaban las manos.
-Disculpe que...que la moleste señora..señorita pero el juicio se ha adelantado a hoy. las cejas de Li se volvieron una línea totalmente horizontal Estamos desbordados por todo lo que está sucediendo y de seguir así tendremos que cerrar algunos lugares públicos para garantizar la ciudad de trabajadores y ciudadanos... la linea horizontal que eran las cejas de la chica descendieron unos centímetros llenando de sombras su rostros de.. de.. manera que.. como como pasaba por aqui yo... pensé en pensé en recogerte..recogerla. Li sonrió para si misma, aquel policía le había mostrado todas sus cartas y ella ni una sola, se sintió bien por el poder que eso le concedía. Está bien. dijo ella sin sonreir, como si le fuera un fastidio aunque realmente lo deseaba muchísimo. Cogió su zurrón y salió por la puerta junto con el policía. Si se portaba bien igual lo invitava luego a que la viera en su prueba en el "Circulo del sol".

Subió al coche policía y se sentó en el asiento del copiloto, le resultó extraño que aquel joven fuera solo, parecía muy novato. Dio un respingo cuando algo golpeó la mampara de separación con el asiento trasero. Se giró para ver a un gigante negro con traje de preso, llevaba esposas pero Li no dudó ni por un instante que pudiese quitárselas si quisiese. Habló al policía con voz ronca.
Que novato, vamos ya a los juzgados o que joder?? Maldito pipiolo, con toda esta mierda y dando vueltecitas a toda la ciudad para rocoger a una pava...
El joven hispano le miró por el retrovisor. Pues aún nos queda otra parada antes de llegar, así que no lo pongas más dificil.
Tras un joder y otro golpe a la mampara que hizo vibrar todo el coche se recostó en su asiento otra vez.
Cuando se pusieron en marcha Li comprendió el porque del nerviosismo de aquel tipo. Había coches chocados y cruzados en la mitad de la calle. Finas columnas de humo se avistaban por toda la ciudad, se escuchaba el aletear de helicopteros sobre ellos a la vez que sirenas por todas partes. La gente corría desesperada.
Observó el interior de algunos de esos coches estrellados, casi todo eran mujeres o travestis. Aquello le resultó extraño y perturbador.
La sirena del coche policía ululaba sobre ellos cuando llegaron a una calle donde había cruzado un autobús escolar.
Mierda dijo el policía, vuelvo enseguida. y salió corriendo tras dar un portazo, dejándola con aquel tipo de más de dos metros suspirándole en el cogote.
¿Por cuanto la chupas? le preguntó el preso pero Li no respondió.
¿Que pasa, solo usas esa boca para se calló cuando vió la mirada de Li en el retrovisor.
Si no eras una puta solo tenías que decirlo zorra.
Li entornó los ojos. Tampoco sel sola cablón, cuando escuchó aquello el gigantón se puso a reirse con una risa ronca pero sincera. Eres tremenda zorra. dijo entre risas y le quedó claro que aquella cosa de detrá decía "zorra" donde los otros decían "tía".
La puerta del autobús escolar se abrió y del mismo calleron al suelo un montón de colegialas. Todas bastante creciditas pues debían de medir por el metro setenta. Llevaban unas faldas de colegiala tan indecentemente pequeñas que apenas eran cinturones. Bajo aquellas faldas a cuadros negros y verdes se dejaban entreveer unas bragas con dibujos de ositos, flores de las cuales les sobresalía medio trasero, algunas de ellas directametne no llevaban o las tenían como brazalentes sujetos en las piernas.
Todas llevaban unas camisetas escolares al estilo "Hulk", que al ser demasiado pequeñas para aquellos bustos se habían abierto por casi todas las costuras dejando entreveer las demasiado perfectas tetas que habían debajo. Todas llevaban coletas sujetando un cabello tan rubio como la misma luz del sol. Estaban todas unas sobre otras en posiciones muy dispares formando una orgiástica montaña de cuerpos semdisnudos, todas reían tontamente como si el no poder moverse fuera lo más divertido del mundo.
Me acabo de empalmar. dijo el gigante de detrás mientras se rascaba la entrepierna. Li lo miró por el retrovisor.
¿No te palece lalo un autobús de plimalia lleno de putas? el gigante negó con la cabeza. Lo que me parece es cojonudo, menuda montaña de zorras. En ese momento apareció el policía por detrás de el autobús, llevaba consigo a el loco de la moto.
Pelfecto. suspiró Lee levantando las manos al cielo.
El loco iba vestido con tejanos y un sueter gris, llevaba aquella peluca a lo afro y el bigote postizo más ridículo que jamás había visto. El policía vió la montaña de rúbias y empezó a dirigirse hacia ellas pero el loco le detuvo diciendole algo. Mientras ambos discutían las rubias empezaron a ponerse de pié mirandolos fijamente sin dejar de reir. El policía se giró hacia ellas y en ese momento Loco Jack le golpeó y empezó a arrastrar al policía hacia el coche mientras las rubias intentanban quitarse de encima unas a otras para ir detrás.
Abrió la puerta trasera con las llaves del policía y lanzó a este dentro junto con al preso, luego se sentó en el asiento del conductor y cerró la puerta justo en el momento que las rúbias se lanzaban sobre el coche, cubriendolo como si fueran abejas sobre un panal. Estaba claro que no querían matarlos, ni comerselos. Lejos de esto parecían desesperadas por violarlos a todos, incluso a Li.
Nunca creí que si una vez me rodeaban tantas zorras salidas diría esto pero... ¡¡Vamonos de aquí!! gritó el enorme negro y por una vez, Li estuvo de acuerdo con él.
Loco Jack puso en marcha aquel coche que salió disparado marcha atrás, con casi una toleada de tetas y culos encima y decenas de manos aporreando las ventanillas.

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